Además de sus minas de plata, Melle era uno de los mayores talleres monéticos del Imperio carolingio. En 864, bajo Carlos el Calvo, se limitó el número de talleres monéticos en el imperio a diez, y Melle formaba parte de esta prestigiosa selección. Se fabricaban monedas, principalmente deniers y obolos. Impresionante hecho, más de 10 000 monedas provenientes del taller de Melle han sido recensadas, mientras que solo se atribuyeron 244 monedas a un taller tan famoso como el de París.
Hoy en día, los visitantes de las Minas de Plata de Melle pueden no solo explorar las galerías subterráneas y observar las técnicas de extracción del pasado, sino también descubrir la importancia económica y política de este sitio en su época carolingia. Un lugar cargado de historia que no debe perdérselo los entusiastas del patrimonio medieval y el arqueología.