Fachada
La fachada monumental de la catedral, casi completamente geométrica, hace transición entre el bullicio de la ciudad y la serenidad del lugar sagrado. Se destaca por su polifonía, alternando entre claveles oscuros y claros en su base, y mosaicos en damascas negros y blancos o en motivos de espinas de pescado. En el extremo superior, un ribete rojo y blanco finaliza esta composición notoria. La escalera y el pórtico, situados en la calle de las Mesas, refuerzan el carácter majestuoso de esta entrada.
La Virgen Negra
El maestro altar de la catedral alberga una estatua de la Virgen Negra datada del siglo XVII, un tesoro del patrimonio religioso local. Esta estatua, que proviene de la antigua capilla San Mauricio, fue coronada el 8 de junio de 1856, en homenaje a la imagen anterior destruida durante la Revolución en 1794.
El Claustro
El claustro románico de la catedral, edificado en los siglos XI y XII, se considera uno de los más bellos de Europa. Sus arcos rebajados están decorados con mosaicos de rombos de colores contrastantes – blancos, rojos y negros. La sala capitular, anteriormente lugar de reunión de los canónigos, está ornada con una fresca crucifixión del siglo XIII, marcada por una fuerte influencia bizantina.
El claustro también conserva una serie notoria de capiteles escultóricos datados en el siglo XII así como una reja forjada del comienzo del siglo XIII.